Sabemos que la tecnología de la Impresión 3D ofrece un panorama legal innovador en el cuál debemos crear antecedentes para que se cambien algunas normas y certificaciones al respecto ya que aún hay un vacío legal en este tema.
Muchos nos han consultado, a raíz de la nota en Clarín donde se califica a la fabricación de spinners mediante impresión 3D como ilegal, si la Cámara no podría hacer algo al respecto. Primero hay que hacer la diferencia entre lo que es la producción de spinners (o de cualquier objeto) con una impresora 3D y lo que es la comercialización de dicho objeto.
Contrario a lo que dice la nota con las declaraciones de un representante de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, el hecho de usar una impresora 3D para producir algo NO es ilegal. Si el diseño que se imprime no esta protegido (o como la gran mayoría si esta registrado bajo las “Creatives Commons”) no hay nada ilegal en imprimirlo una o mil veces. Ahora, al momento de vender este objeto obviamente, ya cambia esta “libertad” porque muchos productos requieren certificaciones para ser legalmente comercializables y/o comercializados.
Es muy complejo de tratar pero queríamos contarles un par de respuestas y, a la vez, nuestras intenciones para avanzar con el tema.
En fin, lamentamos que, ni la Cámara Argentina de la Industria del Juguete ni Clarín se comunicaron con nosotros o con gente del ámbito 3D para saber un poco más sobre la tecnología de impresión 3D, sus aplicaciones y los cambios de paradigmas que genera su adopción en la Argentina. Nos parece fundamental que vayan adaptándose a esta tecnología que democratiza y descentraliza la aptitud de fabricar algo.